Juan Juncosa
Hola estimados lectores y seguidores. Pasado el fin de semana y lleno de energía vuelvo a escribir los capítulos. Reconozco la dificultad de poder hacerlo cada día. Todo sea por vosotros y por mi mismo. Un abrazo bien fuerte para todos. Capítulo 6 Alejandría Al día siguiente se despedían los 3 Akil se quedaba, Alya se iba a visitar unas amigas de su época de universitaria. A Yuan que no le apetecía ese tipo de visitas decidió ir a visitar la biblioteca de Alejandría. Akil le dejo el coche eran tan solo un par de horas de viaje hasta Alejandría. Habían acordado volverse a ver pasado mañana en casa de Akil. Yuan se preocupaba por dejarles sin vehículo. Akil le mostro su garaje. Tenía 6 coches más igual de extravagantes y de antiguos que el mercedes. Cada uno de ellos tenía algo especial. Yuan no pudo por menos que sorprenderse viendo otro descapotable. En este caso era un coche americano. Akil viendo como lo observaba le dijo: Te gusta mi “almendrón”. Yuan se quedó con cara de no entender lo que decía. Akil soltó una carcajada. Un almendrón es cómo se llama en cuba a los viejos coches americanos de los años cincuenta. El coche a pesar de su antigüedad relucía como nuevo. Estaba muy cuidado. Llamativo como el mercedes o más aún. A demás de ser también descapotable era de un color rosa fuerte plateado. Akil cambió por un momento su cara poniéndose algo más serio y empezó a contarle… Compré este coche porque al ver su color me recordó a una mujer a la que ame profundamente. A ella le encantaban las flores y su favorita era la Adelfilla pelosa, conocida comúnmente como Hierba de san Antonio las recogíamos juntos en verano en las riberas de ríos y lagos. Yuan le preguntó si la flor era típica del lugar. Akil se limitó a responder. No. Es de otro tiempo y lugar. Cambio el tema de forma radical; volviendo a los coches. Así que puedes quedarte tranquilo Yuan. Como puedes ver no me faltan coches. El almendrón se lo llevará Alya y aún me quedan unos cuantos más. Yuan se dirigía hacia Alejandría con una sonrisa. Su viaje hasta el momento era genial y emocionante. Ahora que ya parecía estar lejos del secuestro incluso este le parecía una anécdota divertida. El sol radiante, conduciendo un descapotable por Egipto, había conocido una chica excepcional que más podía pedir....